María Fernanda Ríos: Una vida entre ideas y afectos

María Fernanda Ríos es una profesora de Filosofía de 43 años, nacida y residente en Barranquilla, Atlántico. Casada y madre de dos hijos, ha dedicado su vida a la enseñanza y reflexión del pensamiento crítico. Actualmente trabaja formando a jóvenes en el valor de la filosofía en su cotidianidad. En esta entrevista, María Fernanda nos hablará sobre su vocación, los desafíos y satisfacciones de su labor, y cómo la filosofía ha influido tanto en su aula como en su vida personal.

¿Cómo nació tu interés por la filosofía?María: Desde muy joven me inquietaban las preguntas que no tenían una respuesta clara. Recuerdo que en el colegio, mientras otros se conformaban con lo que el libro decía, yo quería saber “por qué” y “para qué”. Pero fue en la universidad, durante mi primer semestre, cuando leí a Sócrates y su famosa frase “Solo sé que nada sé”,que sentí que la filosofía me había encontrado. Ahí supe que esto era lo mío.

¿Hubo algún autor o autora que te marcó específicamente?

María: Sí, sin duda Simone de Beauvoir. Leer “El segundo sexo” cambio completamente mi forma de entenderme como mujer, como madre y como ser humano en una sociedad que muchas veces invisibiliza nuestras voces. También me marcó profundamente Emmanuel Levinas, por su visión ética del otro y de la responsabilidad. Ambos me ayudaron a formar no solo mi pensamiento, sino también mi manera de estar en elmundo.

¿Qué significa para ti enseñar filosofía hoy?María: Enseñar filosofía hoy es un acto de resistencia y de esperanza. Es invitar a los jóvenes a pensar, a cuestionar, a no conformarse con lo superficial. En un mundo tan rápido, tan digital, tan lleno de ruido, abrir espacios para el silencio reflexivo es casi un milagro. Yo lo vivo como una misión: formar ciudadanos críticos, conscientes, humanos.

¿Cómo conectas la filosofía con los intereses de tus estudiantes?

María: A veces empezamos con una canción, una película o incluso una noticia reciente. Les muestro que los dilemas filosóficos están en su vida diaria: en una discusión con sus padres, en una decisión amorosa, en la forma en que usan sus redes sociales. La filosofía no es algo abstracto: es algo que vivimos, que sentimos, que enfrentamos sin darnos cuenta.

¿Cuál ha sido tu mayor desafío como profesora? ¿Y tu mayor satisfacción?

María: El mayor desafío ha sido enseñar a jóvenes que llegan convencidos de que“la filosofía no sirve para nada”. Romper esa barrera inicial no es fácil. Pero una vez se sienten escuchados, empiezan a abrirse. Mi mayor satisfacción ha sido ver a un estudiante que no hablaba en clase levantar la mano para decir que por primera vez se siente comprendido. También me llena el alma cuando, años después, me escriben para contarme que aquella clase cambió su forma de pensar.

¿Aplicas la filosofía fuera del aula?

María: Todo el tiempo. En mi matrimonio, por ejemplo, hemos aprendido a dialogar desde la empatía, desde la diferencia. Con mis hijos, la filosofía me ha ayudado a educarlos con preguntas en vez de respuestas impuestas. En casa no se castiga sin antes conversar profundamente. Claro, no somos perfectos, pero sí conscientes.Creo que la filosofía me ha hecho una mejor madre, esposa y persona.

¿Qué filósofo o filósofa recomendarías a alguien que nunca ha leído filosofía?

María: Depende de la persona, pero suelo recomendar a Albert Camus y su “El mito de Sísifo”. Es una obra profunda pero accesible, que habla del sentido de la vida sin complicaciones técnicas. También a María Zambrano, porque escribe con una belleza que toca el alma. Y si quieren algo más actual, les sugiero a Byung-Chul Han, que conecta muy bien con los problemas de nuestra época.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NOTICIA

LA CASA DE MI ABUELA SIGUE OLIENDO A CAFE